Confesión #25: mar a la distancia

Cuando era pequeña disfrutaba mucho del mar. Recuerdo que mi madre cada verano nos llevaba a la playa. Jugaba con las olas junto a mis hermanos hasta agotarnos. Me gustaba esa sensación de ser empuajada por las olas que buscan salir a la orilla. Me fascinaba ver cómo la espuma se formaba. Y me sorprendía ver a mi madre pescando mui-mui. Yo intentaba ayudarla pero solo lograba agarrar puños de arena; nunca aprendi a pescarlos.

Sin embargo, ese amor por el mar no sería para siempre. Hoy por hoy mi amor por él es a la distancia y en especial durante los atardeceres. Disfruto de olas solo en la orilla o hasta que tocan mis muslos, pero no más allá de eso. 

Un día de verano, como de costumbre, mi madre nos había llevado a la playa, yo estaba jugando en con mis hermano en el agua. No recuerdo el motivo pero estabamos riendo mucho. Estaba distraidamirando cómo una de mis hermanas se reía con mucha gracia, hasta que de pronto una ola me tumbó. Mi cuerpo era pequeño y delgado, así que el agua hizo que rodara un poco a la orilla e intentó arrastrarme al fondo. Recuerdo claramente la sensación de no poder con el mal, era una lucha en donde aceptaba que no podría sola. Mi hermano me tomó del brazo y me levantó para ayudarme a salir del agua.

Desde entonces, no he intentado entrar más allá de la orilla. Ese día comprendí que el mar es poderoso, si pudo hacerme eso solo en las orillas, no quiero imaginar que tan grande puede ser su fuerza más alfondo. 

Admiro al mar por su grandeza, majestosidad y belleza, pero lo aprecio desde lejos, en especial cuando el sol toca sus aguas.

Así que mi amor al mar es y será solo a la distantacia.

white sunset

Inspirado en el post Mar de esperanza

15 años (aniversario)

15 años han pasado desde que empecé este blog, casi la mitad de mi vida y en estos posts hay partes mi, disfrasados de recuerdos, cuentos, reflexiones, prosas y crónicas.

15 años en los que he crecido y aprendido un poquito más de la vida, de mí vida y de quien soy. Esos aprendizajes se han convertido en reflexiones, humildes pero que pueden servir a alguien más.

15 años en los que he experimentado de todo un poquito, en donde he vibrado un poquito con cada momento compartido con amigos, familiares y personas fugases. Experiencias que se han transformado en prosas y recuerdos.

15 años en los que me he acercado y alejado de mis sueños de infancia, que aunque a veces pierdo la experanza con ellos, se que en el fondo de mi ser aún están ahí. Sueños que a veces se han convertido en cuentos e historias de otros.

15 años han pasado desde que me atreví a escribir sobre mis conversaciones internas, sobre mis pensares y también sobre algunasa ideas locas que surgieron.

Feliz aniversario Sin Peculiares en mi Vida, a veces dudé de seguir, pero no se puede apagar el fuego que vive dentro de nosotros solo por la rutina y presiones de la vida adulta 😉

¡Aún hay mucho por escribir!

Si hubiera sabido… aunque ahora ya sé un poco más

No quiero llegar a una edad más adulta y decirme algo arrepentida si hubiera sabido tal cosa o tal otra hubiera vivido más. Así que recordando esta entrada de hace 14 años, sobre un texto que leí de Kimberly Kirberger en el libro Chocolate caliente para el alma de los adolescentes, hoy hago una readaptación de ella con lo poco que ya sé tras lo vivido y aprendido (a mi modo, claro esta) en estos años.

Ahora que ya sé un poco más:

  • Escucha a tu corazón con mucha más atención que antes, intenta estar más pendiente de esa sención de saber algo que solo él identifica.
  • Diviertete a tu modo (cada uno lo tiene) y preocúpate menos, lo que tiene que ser, tiene que ser, a veces los caminos ya están escritos.
  • Deja de preocuparte por lo que los demás piensan de tí, siempre habrá quien te juzga, pero ellos no saben las batallas que lidias y los sueños que tienes.
  • No hay que esperar tanto para disfrutar de nuestra vitalidad y piel de joven, además empieza a cuidarla desde ya! usa protector solar!
  • La época del colegio, del instituto, de la universidad termina, no es el fin del mundo, porque la vida comienza con ella o después de ella.
  • El trabajo solo es un medio para vivir, experimentar y aprender más, no hagas que sea tu vida, cierra la compu cuando ya son las 6 p.m.
  • Juega, rie y diviértete todo lo que puedas, a no ser que sea fría o frío y distante como yo, pero tenemos nuestra forma de disfrutar de la vida.
  • No dudes del cariño y amor de tus padres, cuando creces aprecias todos lo que te dijeron de más jóvenes y te dirás «tenían razón en la mayor parte de cosas» y eso es porque te llevan años de delantera, aunque las circunstancias hayan sido distintas.
  • Ay el amor, el amor, a veces es mejor no preocuparse tanto por eso, mejor disfrutar y aprender de eso, si lo empiezas a ver como lecciones y reflejo de quien eres seguirás creciendo. (Mejor no me hagas caso en esta parte, no soy la mejor para dar alguna recomendación respecto a este tema :P)
  • En vez de avergonzarte de tu lado infatil, cuida de el y brindale todo aquello que en tu infancia necesitaste. No olvides que aquella niña o niño aún está contigo.
  • Aprende de las cualidades de los otros, no todos somos expertos en todo y a veces necesitamos una mirada desde otro punto de vista.
  • La popularidad no se mide por la cantidad de personas con las que te rodeas sino por la calidad, no importa el número, importa los valores que comparten y cómo ellas te ayudan a seguir creciendo.
  • Baila, pinta, haz deporte o cualquier otro pasatiempo que disfrutes, date ese tiempo y espacio para seguir desarrollando ese aspecto en tu vida, verás cómo te ayuda a enfocarte en lo que tu quieres.
  • Apreciate al 100 % con tu cuerpo, mente y alma, eres perfecto tal cual.
  • Agradece a tus amigos por su amistad y valora el tiempo que dedican para ti, no todos tienen la suerte de tenerlos como amigos, sientete privilegiada(o) por ello.
  • Y finalmente, agradece por tu vida, por despertar cada día, por respirar aire fresco, por que escuchar las aves y por ver los colores, no todos tienen ese privilegio (claro que cada uno tiene sus privilegios según cada cual los identifique).

No esperes que después de un largo camino andado en tu vida para decir si hubiera sabido… creo que no es necesario esperar que ocurra eso, sino desde ya vivir plenamente sin prejuicios, sin temor y con mucha valentía.

Escribir. Los inicios

Lo más importante de escribir es que sé que yo estoy en cada palabra.

En el 2009 me pregunté ¿Por qué escribo? Para ese entonces, solo habían pasado 02 años desde que había empezado con ese pasatiempo en particular. La respuesta de esa preguntas se encuentra en la publicación con el mismo nombre, pero aquí dejo un resumen con algunos matices actuales. 

¿Por qué escribo?

Para ese entonces no sabía la razón puntual, así que empecé rebuscando las raices de cómo este gusto nació.

Cuando estaba en el colegio, Matemáticas no era mi curso favorito, ni Ciencias, ni Tecnología. Así el curso en el que me defendía mejor era Lenguaje y Comunicación. A pesar de eso, nunca pensé que mi camino profesional estaría orientado por esa linea de letras. Para ese entonces quería ser veterinaria porque de algo que estaba 100% segura, era que me gustaban mucho los animales y sentía que ese gusto era tan fuerte cómo para dedicarme a algo relacionado con ello por el resto de mi vida.

Pero cuando entré al último año en el colegio, toco realizar el examen vocacional y los resultados me sorprendieron, pues para ese entonces, desconocía que los gustos no solo bastaban para una carrera profecionaal, sino que la personalidad y tipo de inteligencia pesaban más. Los resultados arrojaron que mis carreras afines eran: Ciencias de la Comunicación, Diseño Artístico, Publicidad y Comunicación Audiovisual. Aunque dije que nunca me dedicaría a ello, porque no me identificaba con esas profesiones, por ironías de la vida terminé estudiando eso y aunque no me dedico de lleno a las comunicaciones, es el pilar principal de mi profesión actual.

Mis deseos de escribir empezaron cuando estaba estudiando mi carrera de comunicaciones. Me di cuenta que el curso de redacción me daba las herramientas necesarias para poder expresarme de otra forma diferente que no fuera de manera verbal. Mientras mis estudios avanzaban aprendí formas y maneras de cómo escribir mejor y expresarme con palabras escritas. Y eso me gustaba.

Empecé aplicar lo aprendido escribiendo cartas muy largas a amigos por correos electrónicos. Me gustaba leer las historias que compartíamos, sentía que la otra persona estaba, susurrándome en el odío, cerca a pesar de la distancia. Así que me dije ¿por qué no escribir más que solo respuestas a cartas? y así empecé a escribir sobre otras situaciones que me pasaban o ideas que se me ocurrian.

Es así, encontré más razones para escribir. Conforme iba creciendo comprendía más de la vida, de la amistad, de los estudios, de los problemas, de las alegrias, de los retos y otros temas. Yo sentía, que tenía más claro lo que quería hacer de mi vida y de los sueños o metas que queria alcanzar, así que empecé a escribir para compartir parte de ello en este blog.

Lo más importante de escribir para mí, es que sé que yo estoy en cada palabra. Siento que cuando vuelvo a leer lo que escribí recuerdo partes y etapas de mi vida que podría estar olvidando. Es como tomar una foto. Se queda para siempre. Sucede lo mismo con las palabras. Siempre están ahí cuando las necesitas. 

Un día como hoy

Un día como hoy empecé a escribir en este espacio, cuando lo hice no pensé que lo haría tanto tiempo, quizá no pensé que tuviera tanto que escribir en todos estos años.

Han pasado 14 años desde mi primera publicación en este blog y desde entonces escribir ha sido la mejor forma que he tenido para guardar recuerdos, dar forma a ideas que se me ocurrían y de plasmar algunas ideas de cómo percibo mi vida sin peculiaridad alguna.

He escrito de todo. Poco a poco se fueron creando distintas categorías, algunas con más publicaciones que otras, pero todas guardan un poquito de mí. No importa si son canciones, poemas, estractos de otras publicaciones, ideas de historias o simples crónicas. Todas son parte de quien soy, antes, ahora y seguro de lo que seguiré siendo en un futuro.

Cuando releo mis escritos definitivamente me reconosco, pero también me asombro de cómo he crecido y cambiado con el tiempo. Hay lecciones que he dejado plasmadas, hay situaciones que se me presentaron y tuvieron un impacto, y también hay confesiones.

Este año he dejado de escribir a como lo hacía antes. La vida adulta te captura y muchas veces te aleja de lo que alguna vez quisiste hacer o ser. La rutina, las responsabilidades y el hacer frente a inesperados que se presentan, te alejan de todo, pero creo que el reto está en siempre volver a uno, para así intentar mantener la escencia de quien se és. Y creo que en ese camino estoy ahora.

Hoy, por casualidad, encontré el recordatorio que un día como hoy empecé con este blog y quiza es una señal para decirme «es tiempo de volver, mirá hasta dónde has llegado», así que aquí está mi intento. Después de 14 años, no es justo dejar un pasatiempo que alimenta parte de lo que siempre he querido hacer, escribir de todo un poco.

¡Feliz aniversario Sin Peculiares en mi vida!, todos estos años no han sido envanos, seguimos aquí, quizá no como antes, pero quien sabe que más vengan en los próximos años. Seguiremos aunque haya pocas razones a simple vista, pero muchas más en lo más profundo. ❤

Un día a la vez (II)

¿Han sentido esa sensación de querer adelantar los días? ¿tal cual se adelantan los audios y videos, o tal cual pasamos en segundos las historias y los reels de las redes sociales?

Yo sí. Lo he sentido antes y lo estoy sientiendo ahora. Solo que ahora mi respuesta a ello es distinta.

Antes, tenía esa sensación de adelantar mis días con lócura y con algo de desesperación. Un deseo de poder controlar el tiempo. Aunque no sabía hacía donde quería llegar adelantando los días, lo deseaba con mucha fuerza. Mi motivo principal era escapar. Escapar de la rutina, de la incertidumbre, de los planes truncos y de los desafíos de mis días. Creía que adelantando todo, eso desaparecería. Obviamente estaba equivocada. Solo estaba atrapada en un deseo que no podía controlar y mucho menos alcanzar.

Darme cuenta que no puedo controlar el tiempo, dolió. Así que aprendí a regresar a mi rutina, a los planes inconclusos y a los desafíos del día a día. Creo que encontré otra forma de escapar, quizá solo manteniendo la distancia y dejandome llevar por la corriente. Con amaneceres y noches iguales.

Ahora. Hoy. Esa sensación, de adelantar mis días, la he sentido de nuevo. Mis pies empezaron a desesperarse, moviendo rapidamente de arriba a abajo mis piernas. Primero la derecha y luego la izquierda. Entonces supe que estaba deseando, en silencio, que ese momento pasara rápido. Consciente de ello, la calme y volví a prestar atención en lo que estaba viviendo en ese segundo, en ese minuto. Y solo me dije «estas aquí y ahora».

Me dí cuenta que aúnque no puedo controlar el tiempo, si puedo controlar mis pensamientos y deseos de querer escapar. Los días son buenos y también son malos, pero dentro de cada situación buena siempre habrá algo que nos disguste y viceversa, en cada situación mala habrá algo bueno que aprender. Y la mejor forma para ver esos detalles, es vivir un día a la vez.

Un día a la vez hay que afrontar las dificultades, un día a la vez hay que disfrutar nuestras alegrías, un día a la vez hay que avanzar en nuestros planes, un día la vez hay que celebrar nuestros logros, un día a la vez hay que aceptar nuestras decepciones, un día a la vez hay que aprender de nuestras experiencias y un día a la vez hay que seguir viviendo. Solo un día a la vez.

Encontrar un camino (II)

Hace un buen tiempo escribía sobre mi travesía para encontrar un camino profesional y de cómo había concluido en que no existe uno solo, ya que podemos incorporar distintos matises en nuestras vidas, entre lo que nos gusta y lo que hemos estudiado.

Para ese entonces (año 2014), no tenía idea de todos los caminos que exploraria hasta hoy (por estudios y por experiencia). Solo un año después estaba terminando de estudiar (negocios y comunicación) y otro posterior estaba iniciando un trabajo que me abriría las puertas para un campo totalmente nuevo para mi, el cual resultó ser atractivo y significativo (gestión educativa e innovación). Y a su vez, este signifcaría el inicio de un nuevo rumbo en mi experiencia profesional (innovación).

No den por sentado que solo hay un camino profesional, no saben cómo la vida nos puede sorprender. No solo la vida sino también nuestras experiencias y nuestros aprendizajes que nos van guiando por nuevos rumbos.

Quizá a veces tenemos miedo de cambiar, pero a veces estos nos pueden sorprender. Hay dos tipos de cambios que se pueden presentar en la vida, los inesperados y los planificados, esto aplica a todos los aspectos de nuestras vidas, algunos pueden ser para bien u otros para crecer. Ya no creo que haya cambios para mal, porque ya sean buenos o malos, al final siempre habrá una lección para aprender, fortalecernos o crecer. Ya queda en cada quien saber cual asimilar.

Encontrar un camino puede tomar tiempo y también puede estar lleno de cambios, solo hay que aceptar y dejarnos sorprender con ellos. 😉

Querido Padre (4)

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Desde: http://www.exploreshc.com

Querido Padre,

Llevo tiempo sin escribir, sin esbozar sueños y sin estar presente en mis días. He dejado de hablarte, he dejado de llamarte y he estado alejándome de ti. Es difícil de explicar que está pasando, pero ambos sabemos que tu comprendes mejor que nadie lo que realmente está sucediendo.

Me siento capturada por una resistencia que desconozco, que está dentro de mí y se alimenta de todo lo que se escapa de mis manos.  Quiero dejarme brillar por lo que se ha logrado hasta hoy, pero aún no es posible por una razón que aún no encuentro. El tiempo pasa, pero no logro dejarme llevar con él. No, aún no logró caminar un rumbo, mi rumbo aun es incierto.

Sin embargo, reconozco que necesito de ti, que no puedo sólo obviarte y desconocer que hay un puntito de certeza en mi alma gracias a ti. Porque entre todas esas confusiones, desilusiones y desencuentros entiendo tus intensiones con esas lecciones. Y aunque parezca que voy perdiendo, te aseguro que aún será posible resistir.

Siempre lo he dicho, y ahora quiero recordármerlo, nada bueno o malo puede durar para siempre; en algún momento habrá un quiebre.

 

Libro 3: La esperanza del Tibet

la-esp1Hay tiempos en los que se pierde la esperanza y no sabes donde encontrarla. Hay días buenos y malos, o quizá más malos que buenos. Y a veces, o casi siempre, un libro puede aliviar ese desconcierto que invade los pensamientos.

La esperanza del Tibet es un libro que poco a poco te captura con una historia que crees que no puede tener sentido para ti. Pero cuando empiezas a formar parte de ella, no querrás dejarla hasta ayudar a encontrar esa esperanza que con las circunstancias podría irse perdiendo.

Y con el pasar de las páginas irás comprendiendo que aunque no esperes por esperanza alguna, siempre habrá señal que hay un rumbo que te dirige hacía ella.

Una historia que hubieras querido leer de niño para ser más fuerte y valorar tu historia.

Más info del libro aquí.